Al menos un tercio de los cánceres se puede prevenir adoptando hábitos de vida saludables
En 2020 casi 10 millones de personas murieron de cáncer, y los expertos estiman que para el año 2040 esta cantidad se elevará hasta los 16,5 millones. Está en nuestra mano poner en marcha acciones preventivas para esta cifra que no siga creciendo.
Apostar por la alfabetización y conocimiento del cáncer se presenta como una acción fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Gracias a las inversiones en investigación realizadas por gobiernos y asociaciones hemos sido testigos en las últimas décadas de hallazgos extraordinarios en materia de diagnóstico y tratamiento del cáncer. Sin embargo, es fundamental aumentar la inversión en alfabetización social para conseguir reducir entre la población los factores de riesgo de la enfermedad y prevenir su aparición.
Según datos de la OMS, al menos un tercio de los cánceres se pueden prevenir simplemente mediante elecciones que hacemos con nuestro estilo de vida: apostando por una dieta saludable, manteniendo un peso adecuado, haciendo ejercicio físico, eliminando el consumo de tabaco y alcohol… De esta forma la investigación y la prevención resultan fundamentales para reducir el número de muertes anuales por cáncer, en un contexto en el que cada vez es más alta la esperanza de vida, vivimos más años y por tanto desarrollamos más enfermedades. “En los últimos 20 años, el número de tumores diagnosticados ha experimentado un crecimiento constante. Esto no se debe a una modernidad de la enfermedad, sino a las técnicas de cribado que detectan más tumores en estadios precoces; así como al aumento de la esperanza de vida. El riesgo de desarrollar tumores aumenta con la edad, ya que para desarrollar un tumor se necesita tiempo para acumular mutaciones o daños en el ADN”, explicaba en la pasada edición del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer Mercedes Durán, profesora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Fisiología de la UVa.
Entonces, ¿qué podemos hacer a nivel individual para luchar contra la enfermedad? Modificar o evitar los siguientes factores de riesgo es calve para prevenir la aparición del cáncer:
- Mantener una dieta sana y equilibrada
Adquirir unos hábitos alimentarios adecuados es crucial para el buen funcionamiento del organismo y para evitar la aparición de patologías. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los alimentos son más que la suma de sus nutrientes. Esto significa que, aunque no existen alimentos que por sí solos sean capaces de “prevenir” o “provocar” cáncer. Sin embargo, seguir continuadamente una dieta adecuada, sí puede contribuir a reducir el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer.
La investigadora del área de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Valladolid Sandra de la Cruz, recomienda centrar los hábitos alimentarios en tres líneas de actuación:
- Realizar un aporte de energía adecuado y que ayude a mantener un peso saludable, ya que existe evidencia científica sólida de que una mayor grasa corporal causa mayor número de cánceres, especialmente de esófago, páncreas, hígado, colorrectal, de mama o riñón.
El objetivo principal será mantener el peso dentro del rango saludable durante toda la vida (IMC de 18,5 a 24,9).
- Seguir una alimentación más vegetal y menos animal: una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres en la que se reduzca el consumo de carnes rojas y procesadas y se prioricen los pescados, especialmente los azules. La dieta ha de estar cuidada en lo que respecta a las preparaciones culinarias: consumo preferente de alimentos frescos, limitar las frituras, el grill, las brasas o ahumados, los procesados, snacks y los refrescos azucarados.
- Evitar el consumo de alcohol, ya que Incluso pequeñas cantidades de bebidas alcohólicas pueden aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer. No existe un umbral de consumo de alcohol por debajo del cual el riesgo de cáncer no aumente, al menos para la mayoría de los tipos de cáncer.
Además, la investigadora incide en la relevancia de la lactancia materna como factor preventivo, ya que, en el caso de que la madre desee y pueda llevarla a cabo, es un factor preventivo y beneficioso tanto para la madre como para el bebé.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco
Tal y como indicaba la investigadora De la Cruz, el consumo de alcohol, por ínfima que sea la cantidad, es causa de cáncer de boca, faringe y laringe, esófago, hígado, colorrectal y mama. Sin embargo, el consumo de alcohol está socialmente aceptado y tolerado. Por ello, es importante incidir en el peligro del consumo de etanol.
El investigador del área de Biología Molecular, Bioquímica y Fisiología, Juan González Valdivieso, indica que “el consumo de alcohol o tabaco tienen una relación directa en la aparición del cáncer. El tabaco está directamente relacionado con 16 tipos de cáncer diferentes, causando el 80% de los tumores pulmón y laringe y el 50% de los de vejiga, esófago o boca. Por otro lado, varios estudios han demostrado que el 12% de todos los cánceres tienen una causa directa en el consumo de alcohol”, especialmente de los antes mencionados.
“Por ejemplo, dos cañas de cerveza o un gintonic al día aumentan el riesgo de aparición del cáncer de mama un 7%. Si además fumamos, el riesgo de padecer estos cánceres se multiplica por 100.”
- Realizar actividad física
Diversos estudios han demostrado que un nivel más alto de actividad física se relaciona con un riesgo menor de varios tipos de cáncer. Sólo en Europa se podrían haber evitado en 2008 entre 165.000 y 330.000 casos de los seis principales cánceres (mama, colon, pulmón, próstata, endometrio y ovario) si la población hubiera mantenido niveles suficientes de actividad física. “Por ejemplo, se ha demostrado que las mujeres que realizan actividad física tienen un riesgo menor de cáncer de mama. Además, la actividad física regular reduce el riesgo de cáncer de colon en un 24%. Estos beneficios se atribuyen a la reducción de los niveles de ciertas hormonas, como el estrógeno, y a otros factores como el fortalecimiento del sistema inmunológico”, explica Alfonso García Monge, investigador del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal.
Pero, ¿qué es actividad física? Se considera actividad física cualquier movimiento que hace una persona usando los músculos del esqueleto y que requiere más energía que estar en reposo. Por ejemplo, caminar, correr, bailar, montar bicicleta, nadar…
Organismos internacionales especializados en esta enfermedad recomiendan, para disminuir el riesgo de enfermedades como el cáncer:
- Actividad aeróbica de intensidad moderada por 150 a 300 minutos, actividad aeróbica de intensidad fuerte por 75 a 100 minutos, o una combinación de intensidad equivalente por semana.
- Actividades de fortalecimiento muscular al menos 2 días por semana
- Entrenamiento de equilibrio, además de las actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular.
- Cuida la exposición solar
El sol tiene una gran importancia para nuestra salud y puede producir sobre el organismo una serie de repercusiones positivas o negativas. Como aspecto positivo destaca el papel que desempeña el sol en la prevención de ciertas avitaminosis (falta o disminución de vitaminas). Concretamente, las radiaciones solares favorecen la producción de vitamina D, necesaria para metabolizar el calcio y evitar entre otras patologías el raquitismo. El sol también tiene un efecto positivo en la mejora de la calidad del sueño y la mejora del estado de ánimo.
Sin embargo, los efectos del sol en la piel pueden ser peligrosos. Las quemaduras provocadas por el sol son lesiones agresivas que, de manera reiterada y a largo plazo (20-30 años), pueden derivar en un cáncer. El cáncer de piel es el tipo de tumor más frecuente. Se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de células cutáneas que se han alterado por la radiación ultravioleta (UV) procedente de la luz solar o de las camas de bronceado; por eso se suele manifestar con mayor frecuencia en la piel expuesta al sol.
Según la información publicada por la Asociación Española contra el Cáncer, los casos de cáncer de piel están creciendo más rápido que de cualquier otro tipo. En España, crecen a una ratio de 10% anual, llegando a más de 20.000 nuevos casos de cáncer no melanoma anuales.
Por ello, se insiste en la importancia de aplicar medidas de prevención, como una adecuada protección solar y una buena vigilancia de la piel para detectar a tiempo aquellos lunares o manchas que puedan resultar sospechosos. Es importante tener en cuenta que la piel tiene memoria.