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Tue Jan 24 15:07:15 CET 2023

“Cuando hablamos de cortar árboles y meter maquinaria en los bosques, muchas veces la gente no lo entiende”

En opinión de José A. Reque, profesor de Selvicultura en la ETS Ingenierías Agrarias del Campus de la UVa en Palencia, esta incomprensión sobre la gestión forestal lleva muchas veces a establecer una estrategia de inactividad que provoca el aumento del riesgo de megaincendios en los bosques, y una pérdida de oportunidades (“las últimas”) para la creación de riqueza y empleo en el mundo rural. Sobre todo ello hablamos con él en esta entrevista, en la que profundizamos sobre el artículo “¿Cómo limpiamos el monte? ¿Y cómo lo pagamos?”, publicado recientemente en The Conversation.

“Lo primero me gustaría poner en valor, como ejemplo de lo que puede hacerse a partir de una buena gestión forestal, es la red de calor que tenemos en la Universidad de Valladolid, en el Campus Miguel Delibes y la red de Biomasa del Campus de Palencia. Ambas se abastecen con astillas que se obtienen de tratamientos silvícolas de los montes del entorno de Palencia y Valladolid, Cerrato, Tierra de Pinares, Páramo y tierras de Palencia. Con estos procesos disminuye la espesura de la masa en los casos que esté muy espesa, y esos restos de corta de madera, se trituran, astillan y son los que están ahora mismo calentando las aulas de estos centros”.

-¿Generar energía en el futuro pasa por limpiar el bosque?

A nosotros no nos gusta hablar de limpiar un monte ya que esto supone limpiarlo de basura y desperdicios. Estamos hablando de disminuir el combustible vegetal que hay en ciertas partes del monte y que en caso de quemarse podría llegar a producir un incendio de dimensiones desproporcionadas, como estamos viendo todos los veranos.

La idea que se plantea, y que se está ejecutando ahora mismo dentro de las energías renovables, es aclarar la espesura de los montes, ya que la falta de uso tradicional y de aprovechamientos por el abandono rural ha hecho que se incremente más la vegetación que tienen. Aclararlos permite que el monte crezca en mejores condiciones y tenga menos espesura, y además que los productos que se obtienen adquieran valor, ahora mismo para la generación de energía. Esto supone una nueva fuente de riqueza para el mundo rural y la creación de empleo, lo que resulta esencial en tierras como Castilla y León.

-¿Es una contradicción que el mundo rural tenga un gran potencial en sus bosques y que los jóvenes tengan que abandonarlo por no poder vivir de ellos?

Sí es una contradicción. Estamos viviendo desde hace casi 40 años un abandono masivo del mundo rural, entre otras razones por falta de empleo. Mucha gente se quedaría si tuviera una vía de ingresos que le permitiera mantener su vida de forma digna y estable. Precisamente lo que defendemos es que el propio recurso forestal genere la vida, la riqueza, los empleos, sin depender permanentemente de inversiones públicas, o de fondos que vengan de cualquier sitio, pero que no dejan de ser dinero de todos los ciudadanos.

-¿Se necesita mucha inversión para crear una empresa de selvicultura?

Dentro de lo que es la selvicultura hay diferentes actores y tipos de empresas. Está la que ejecuta el tratamiento silvícola, que exige una inversión de capital importante en maquinaria forestal, ya que ahora mismo es bastante cara, cualquier tractor te puede costar el precio de seis o siete coches de gama media alta.

Luego está la empresa de planificación, señalamiento, descripción del tratamiento, del diagnóstico, que pueden ser en muchos casos pymes de estudiantes recién egresados, que casi con un pequeño todoterreno y una oficina, y el conocimiento que tienen, pueden empezar a realizar todo tipo de labores de planificación, programación y señalamiento de los tratamientos que habría que realizar. No sólo vamos al monte a cortar madera, sino que también vemos qué partes hay que dejar para que la naturaleza recupere sus estadíos máximos, o en que zonas no hay suficiente combustible para plantear tratamiento silvícola, y esto son labores que se pueden hacer con una pequeña inversión, como una asesoría técnica.

-¿Qué impide que haya un desarrollo de la selvicultura pese a los beneficios que supone?

Ahora mismo, el problema más importante que provoca el parón es la falta de plantificación a nivel gran territorio. Esto impide que las empresas del sector forestal puedan planificar a largo plazo, para saber, por ejemplo, la cantidad de biomasa anual que se necesita para cubrir todo el abastecimiento. Las empresas ya sean grandes o pequeñas, necesitan que les garanticen una cierta estabilidad para hacer las inversiones.

Y, además vinculado a esto, hay muchas zonas rurales que ya no tienen mano de obra, especialmente en áreas de montaña con mucho monte, y las empresas tienen que trasladar a los trabajadores allí, para eso necesitan organizarse.

-Ante este panorama ¿Qué inquietudes le transmiten sus estudiantes?

En un territorio como el nuestro dónde la mitad del monte es de utilidad pública gestionado por la administración, ésta se convierte en el gran motor de la actividad forestal y laboral, es la que mueve al final las políticas de prevención de incendio, y los proyectos de utilidad pública.

Los estudiantes te transmiten una cierta incertidumbre en cuanto a cómo va a ser este sector en cinco años, si vamos a llenar todo el monte de biomasas y depender siempre de inversiones públicas para el desarrollo de proyectos, o se lanzan a crear su propia empresa.

 

“Estamos quemando el planeta con nuestra inactividad o falta de concienciación hacia la selvicultura, como actor fundamental para nuestro futuro”

 

-¿La silvicultura es también el mejor tratamiento de prevención de incendios?

El monte que está bien gestionado y que genera riqueza y vida, vida humana no sólo natural, crean siempre mayor arraigo y al final está más cuidado. Si el monte está bien gestionado tiene unas vías de comunicación que permiten acceder a los diferentes sitios del monte, y en caso de incendio se puede atajar rápidamente. Si estamos hablando de un monte no gestionado pues posiblemente no habrá ni accesos, y en caso de que se produzca un incendio será muy difícil atajarlo desde los primeros momentos.

Además, si trabajas un  monte, vas regulando la estructura del bosque desde sus estadíos iniciales, intentas hacer como haríamos en una huerta donde por ejemplo, tenemos plantadas cebollas, si están puestas muy cerca no van a crecer nunca y se van a acumular y espigar. Si yo voy entresacando esas cebollas, o los árboles, dejando que tengan más espacio para crecer, al final, se van a hacer más altos, más vigorosos y más grandes. Esta actividad silvícola también, nos va a dar unos ingresos para la población, que va a hacer que su ligazón con el monte sea mayor.

Hay zonas como son la Tierra de Pinares de Soria, la de páramos del centro y norte de Palencia, que son montes en los que no se va acumulando ese peligroso combustible, precisamente por esa gestión. También hay áreas en las que hay pocos incendios porque hay ganado que ramonea el sotobosque y te ayuda a controlar esa vegetación que también puede ser excesiva y problemática en caso de secarse, controlando así el combustible que se produce.

-¿Estamos quemando la oportunidad de crear un futuro en las zonas rurales?

Aún estamos a tiempo de evitar que se queme. Pero creo que estos son los últimos intentos para permanecer en el mundo rural, sobre todo en zonas de baja calidad agrícola, en zonas de alta y media montaña.

Insisto, si yo mis montes los tengo gestionados, los árboles me van a crecer más vigorosos, va a haber una mayor fijación de carbono y esto va a dar una mayor estabilidad a los árboles de cara a frenar el cambio climático y soportar mejor una sequía o un fenómeno adverso, que si están estresados. Frente a esta estrategia, han entrado otras, con las que estamos quemando el planeta con nuestra inactividad o falta de concienciación hacia la selvicultura, como actor fundamental para nuestro futuro.

-¿Esta estrategia de inactividad es la causante de incendios cómo los del pasado año?

Tenemos que acostumbrarnos ya al megaincendio inapagable, que está fuera de la capacidad de extinción y a los que hay que dirigir un ataque indirecto con diferentes estrategias. Algunas de ellas son las opciones de la economía circular y una gestión forestal sostenible (la silvicultura) con las que logramos disminuir la capacidad de estos incendios. Ésta sería una de las instancias fundamentales que tenemos para frenarlos. Aunque, cuando hablamos de cortar árboles y meter maquinaria, muchas veces la gente no lo entiende. Cortar un árbol va en contra, muchas veces, de uno de los grandes dogmas que a los niños les enseñan: no cortarás un árbol, no matarás a la madre de Bambi y no contaminarás el rio. Estamos hablando de cosas totalmente diferentes, hablamos de gestión forestal sostenible que es lo que enseñamos en la universidad.

 

Articulo completo: “¿Cómo limpiamos el monte? ¿Y cómo lo pagamos?”, The Conversation.

Jose_Reque_Silvicultura
José Reque profesor de Silvicultura en la ETSIIAA del Campus de la UVa en Palencia apuesta por la gestión sostenible de los bosques como generación de riqueza para el mundo rural, prevención de incendios y técnica para la producción de energía de biomasa