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Thu Apr 25 17:04:00 CEST 2024

“El pueblo palestino está sufriendo un genocidio, que se ha cobrado la vida de 34.300 seres humanos”

El representante de Palestino ofreció una conferencia en la Facultad de Comercio el 25 de abril, organizada por el profesor de la UVa Ángel de Prado

“El pueblo palestino está sufriendo un genocidio, que se ha cobrado la vida hasta el día de ayer de 34.300 seres humanos. Hay más de 8.500 desaparecidos, 77.500 heridos. Prácticamente la totalidad de la población de la franja de Gaza desplazada de sus hogares. Un 82 por ciento de las construcciones están destruidas. Las doce universidades, destruidas. De los 36 hospitales, 32 totalmente destruidos y fuera de servicio, y los cuatro que quedan funcionan de una forma muy precaria, con prácticamente ninguno recurso ni medicamentos. Es una catástrofe humana, producida por un autor conocido con nombre y apellido”, con estos datos el embajador de Palestina, Husni Abdel Wahed, retrataba la situación actual de Palestina, concretamente de la franja de Gaza, en una conferencia ofrecida en la Facultad de Comercio y dirigida especialmente a los estudiantes del Grado de Relaciones Internacionales que se imparte en este centro. Organizada por el profesor Ángel de Prado y con la presencia en la mesa del decano de la Facultad de Comercio, José Antonio Salvador Insúa, el embajador se dirigió al público asistente con una invitación a la reflexión de un conflicto que dura ya 76 años pero impregnado en la mentalidad de la gente como “histórico, religioso y sin solución”.

Recalcó que la situación ha pasado a una nueva fase “la hambruna”, no producida por la pobreza, sequía o por una catástrofe natural. “Mientras los políticos de Europa y Estados Unidos suplican al gobierno de Israel para que permitan el ingreso de ayuda humanitaria, al mismo tiempo siguen suministrando las armas a Israel para seguir perpetrando el genocidio”. Calificó la situación de “dramática”, que requiere una movilización de la comunidad internacional. Y lo primero que deben hacer, dijo, es “un alto el fuego, la ayuda humanitaria llegue sin condiciones a toda la población e impedir la limpieza étnica que está practicando Israel”. Dijo que ésta no sólo se produce en la franja de Gaza, porque hay otro episodio de genocidio que se vive en Cisjordania, aunque actualmente está fuera de los focos mediáticos.

“¿Por qué algunos se dan el derecho de determinar el destino de otros?”, se preguntaba. Y para ello puso a modo de ejemplo a Canadá, país que tiene derecho a la autodeterminación, sin comprender porque Palestina no tiene el mismo derecho.  Quiso aclarar que la autodeterminación no es un objetivo en sí sino un medio para la posterior implementación de la solución de dos estados. Insiste en que para él es un concepto engañoso, porque pone a dos partes en condiciones de igualdad y no es así, porque sólo se reconoce a uno de los dos, “el que falta es el estado de Palestina”.

Las claves

En su conferencia puso en cuestión la palabra “conflicto” y la sustituyó por “colonialismo”, porque es una “ocupación”, “en Ucrania se habla de invasión no de conflicto”, por lo que dijo que hay “un doble rasero”. Por esta razón invitó al público a la reflexión y que “no acepten el relato del momento” pero “tampoco me crean a mí”, “sólo investiguen lo que les acabo de contar”. Y de lo que habló fue del inicio de esta situación y la importancia estratégica del territorio, una unión de los tres continentes en donde discurre gran parte del comercio mundial (Mar Rojo y Canal de Suez). ¿Sabían ustedes que allí se concentran las mayores reservas mundiales de gas y petróleo?. Su control es de suma importancia en la economía mundial, por lo que “si no existiera Israel habría que inventarlo”, sentenció.

Él es parte de la historia viva del conflicto, con 73 años no conoció su pueblo, destruido, y tuvo que nacer en un campo de refugiados. En su charla contó cómo se fraguó el estado de Israel y el movimiento sionista, que tan unidos están, porque el “sionismo” fue una de las corrientes de las comunidades judías europeas “secesionista”, ya que había otra “integracionista”. De hecho, apunta que el primer congreso del movimiento sionista se barajaron cuatro lugares en donde crear el estado de Israel (Patagonia, Uganda, Madagascar y Palestina), por lo que ya sentaron las bases de un “proyecto colonialista”, como lo define. Pero aclara que no hay que ser judío para ser sionista y se están confundiendo ambos conceptos, ya que el sionismo es “una ideología no un concepto religioso”.

 

De izda a dcha, José Antonio Salvador Insúa (decano de la Facultad de Comercio), Husni Abdel Wahed (embajador de Palestina) y Ángel de Prado (coordinador del acto)
De izda a dcha, José Antonio Salvador Insúa (decano de la Facultad de Comercio), Husni Abdel Wahed (embajador de Palestina) y Ángel de Prado (coordinador del acto)