La necrópolis de Las Ruedas, del proyecto arqueológico Pintia de la UVa, galardonada en los Premios Hispania Nostra
La necrópolis de Las Ruedas, el cementerio de la ciudad vacceo-romana del yacimiento arqueológico de Pintia, que dirige el catedrático de la Universidad de Valladolid Carlos Sanz Mínguez, ha sido galardonado con un accésit en los Premios Hispania Nostra, que otorgan la Asociación Hispania Nostra y la Fundación Banco Santander. Los premios fueron fallados el pasado 5 de junio y la necrópolis de Las Ruedas, ubicada entre los municipios vallisoletanos de Padilla de Duero/Peñafiel y Pesquera de Duero, ha recibido un accésit de los tres premios que se conceden, en concreto en la categoría de "Intervención al paisaje". Se trata de uno de los galardones más importantes que se entregan en España en el ámbito del patrimonio cultural y natural desde el año 2012.
El jurado «ha querido reconocer la importante labor de protección y difusión que supone esta intervención, así como la implicación de personas de distintos ámbitos en un proyecto que contribuye en gran medida a concienciar a la población sobre la riqueza de su patrimonio y la necesidad de conservarlo». Se ha valorado además la sostenibilidad del proyecto y el valor social de los diversos programas que vienen realizando el Centro de Estudios Vacceos "Federico Wattenberg" de la Universidad de Valladolid y la Asociación Cultural Pintia en el entorno.
Este importante galardón pone en valor el trabajo realizado en la Zona Arqueológica Pintia durante los últimos cuarenta años y se convierte en un gran aliento para continuar con el desarrollo del Proyecto Pintia.
Un proyecto único
El yacimiento de Pintia, y su necrópolis en particular, es un proyecto arqueológico único dentro del estudio de la etnia prerromana vaccea, pues es el primer y único cementerio conocido de la extensa región de este pueblo que habitó el área central de la cuenca del Duero entre los siglos V al I a.C.
A partir de 1984 la necrópolis vacceo-romana de Las Ruedas, usada anteriormente para la plantación de viñas, fue puesta en cultivo. La introducción del arado de tracción mecánica supuso la remoción de numerosas estelas funerarias y, consecuentemente, la emergencia en superficie de abundantes restos arqueológicos. A partir de entonces, la degradación causada por el arado y por las acciones furtivas se ha mantenido, con diferente intensidad, hasta el presente.
A comienzos de los años 90 se produce un cambio de uso de 2 de las tres parcelas, pasando de un uso agrícola a otro patrimonial gracias a la adquisición de una de esas dos parcelas por la Junta de Castilla y León y posteriormente la compra de otra por un particular. Lamentablemente de las tres parcelas que integran este cementerio, una de ellas sigue siendo cultivada en la actualidad, lo que ha determinado su inclusión en la Lista Roja de Hispania Nostra.
Los ejes principales de la intervención han sido la acción, el conocimiento, la rehabilitación del paisaje funerario y la sensibilización.
El paisaje funerario ha sido construido gracias a un trabajo colaborativo de personal y alumnos de la Universidad de Valladolid, población de Padilla de Duero, voluntarios pintianos y miembros de la Asociación Cultural Pinita. La sostenibilidad del proyecto se ha basado en un marcado concepto de reciclaje de estructuras. En cuanto al valor social cuenta con programas dirigidos a diversos colectivos y con cursos, campañas de excavación, visitas guiadas y exposiciones en torno a la necrópolis de Las Ruedas.
En este caso el jurado ha querido reconocer la importante labor de protección y difusión que supone esta intervención, así como la implicación de personas de distintos ámbitos en un proyecto que contribuye en gran medida a concienciar a la población sobre la riqueza de su patrimonio y la necesidad de conservarlo.
