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Thu Apr 30 11:34:33 CEST 2020

“Los bulos más frecuentes buscan crear confusión, desconfianza mutua, intolerancia e incluso odio en temas de gran envergadura, como en esta crisis sanitaria”

Las profesoras de Periodismo de la UVa Eva Campos y María Díez ahondan en esta entrevista sobre uno de los asuntos más controvertidos en esta crisis sanitaria, las fake news o noticias falsas. Explican que los bulos y la desinformación siempre han existido, pero internet ha facilitado su propagación, especialmente gracias a las redes sociales, en donde consumimos información de una manera más superficial. Las herramientas son cada vez más sofisticadas, lo que impide reconocer fácilmente si las noticias son ciertas o no.

  1. Esta crisis sanitaria ha originado que las noticias falsas o “fake news” campen a sus anchas y se hayan incrementado. ¿Hay tantas?

La verdad es que desconocemos el porcentaje exacto, depende del contexto y del país, así como del momento en que se realice el estudio para conocer su incidencia. Pero sí que hemos notado un incremento en los últimos años y la investigación para detectar las noticias falsas también ha crecido en los últimos meses. Para ello se utilizan verificadores de datos humanos o desarrollamos algoritmos con los que poder identificar las noticias falsas.

 

  1. En su campo de estudio –la comunicación política-, ¿han notado un uso indebido y excesivo de noticias falsas por parte de los distintos grupos políticos?

Ya hay investigaciones que muestran que hay varios factores que han catalizado este escenario donde proliferan los bulos y la desinformación. Por un lado, están los medios de comunicación: la decadencia de este sector y los periodistas somos también en parte responsables. Pero esta situación no se entiende sin el actual desarrollo del contexto digital, ya que aunque los bulos siempre han existido, internet ha propiciado su capacidad de propagación. Y en último término, los ciudadanos también tienen que asumir su parte de responsabilidad, que por ignorancia o por intereses claros contribuyen a difundir y propagar los bulos. Y por supuesto, los políticos que han contribuido a generar unos discursos muy sensacionalistas que ayudan mucho en este contexto de desinformación.

 

  1. Entonces, ¿todos somos responsables de esta situación?

Es probable que sí, pero existe un elemento clave dentro de la digitalización de la información que ha ayudado mucho, es el uso de bots  y los algoritmos que permiten no solo crear sino difundir a gran escala bulos en redes sociales y los partidos políticos se han servido muchas veces de estos bots y otras herramientas de la inteligencia artificial en campañas electorales, como hemos comprobado en investigaciones previas que hemos desarrollado antes de esta crisis, sobre todo para generar estados de confusión política en situaciones complicadas, como la actual crisis sanitaria.

 

  1. ¿Qué tipos de bulos son los más recurrentes o a quiénes afectan más?

Está demostrado, a nivel internacional, que los bulos más recurrentes y frecuentes tienen como objetivo generar confusión, desconfianza mutua, intolerancia e incluso odio en temas de gran envergadura, como es la migración, la violencia de género, el cambio climático o temas sanitarios, como lo fue en los debates sobre las vacunas o ahora en la crisis del Covid-19.

 

  1. En esta crisis, el Gobierno ha emprendido una campaña de control de los bulos, ¿se están barajando medidas para legislar este tipo de control?

Existe ya un debate sobre la procedencia de legislar y estamos en un escenario en el que los parlamentos tienen que legislar esta realidad. Varios informes oficiales de diferentes países han demandado medidas legislativas en este sentido. Incluso diferentes parlamentos del mundo ya han puesto en marcha medidas y planes de acción para intentar mermar los efectos de las campañas de desinformación que ponen en riesgo los principios democráticos.

 

  1. ¿Pueden concretar?

Uno de ellos es el Parlamento Europeo, que puso en marcha el Plan Experimental de Acción de la Unión Europea contra la Desinformación antes de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019. Otro, el Parlamento británico, que consideraba la desinformación como uno de los temas y retos clave y ponía el foco en los bots, los trolls y los “contaminadores de contenido” que agitan el debate en redes sociales y, con ello, planteaban la necedad de regular estas dinámicas

En España, antes de esta crisis sanitaria, cabe recordar que el acuerdo de la Coalición PSOE y Unidas Podemos para conformar un Gobierno progresista para España (2019) ya contemplaba varios puntos destinados a la «lucha contra la desinformación» y, unos años antes, el Partido Popular había presentado en el Congreso de los Diputados una proposición para prohibir el anonimato en redes sociales con el objetivo, decían, de combatir las cuentas no verificadas en redes sociales.

 

  1. Según una información, el 60% de los españoles cree detectar las noticias falsas, pero en realidad solo un 14% lo logra. Entonces ¿nos “cuelan· muchas?

No es fácil detectar noticias falsas.  Por un lado, no estamos preparados para esta nueva alfabetización, nos faltan herramientas para poder identificar e interpretar un mensaje falso, por lo que es necesario estar alfabetizados; por otro, es necesario tener presente que estos mensajes cada vez están elaborados con técnicas más sofisticadas, como lo son las Deep news, vídeos creados por la inteligencia artificial que nos hacen creer que una persona está diciendo algo cuando es falso y ha sido manipulado.

Por tanto, sí, nos cuelan muchas porque es imposible que como ciudadanos, individualmente y sin conocimientos técnicos adecuados, podamos desmarañar todo un entramado organizativo y robotizado complejo, con intereses claros, como desestabilizar la opinión pública. Al final, estos mensajes están elaborados para que los ciudadanos sintamos algún tipo de gratificación en compartir y viralizar estos bulos, y terminamos siendo parte de ellos.

 

  1. ¿Detrás de estos bulos está la llamada Inteligencia Artificial, es decir, máquinas programadas para crear fake news con un objetivo claro?

 

Por supuesto, en la mayoría de los casos lo está. Son campañas orquestadas con objetivos muy claros, desestabilizar contextos de opinión, crear desconfianza y alarma ciudadana, no es el mejor ingrediente en este momento de crisis sanitaria. La IA ayuda a la elaboración de estos mensajes y a su propagación.

 

  1. Y encima se ha descubierto que las noticias falsas enganchan más, generan más interacción y se comparten mucho más…Es decir, ¿estamos abocados a la desinformación en una sociedad sobreinformada?

Claro, están pensadas con un objetivo final claro, y para ello crean los medios, para que su consumo produzca adicción. Las redes sociales son medios muy adictivos, programados para generar clics y pasarnos horas consultando sus mensajes. Es una lectura superficial, poco informada en la mayoría de los casos. Una sociedad embriagada de información y obnubilada por mensajes superficiales, sin profundidad, evidentemente pone en duda la solidez de un sistema político donde la información, la fiscalización es clave para tomar decisiones lo menos equivocadas posibles.

 

  1. Alentados por las fakes news, ¿estamos asistiendo a un cambio de estrategia política de control de la población?

Pues sí, estamos viviendo un cambio de estrategia política, sin duda, ayudada por herramientas digitales de gran alcance, como la inteligencia artificial, con la capacidad de segmentar información a microescala y a buscar ciudadanos en los datos. Todo ello, combinado, genera un escenario perfecto para el control a través de aplicaciones de la ciudadanía. Ya lo estaban haciendo a través de las grandes plataformas digitales, y ahora con la situación del Covid-19 se está planteando abiertamente.

 

  1. El grupo de la UVa, con investigadores de las áreas de Periodismo y Sociología, está inmerso en un trabajo internacional junto a otros países que estudia este fenómeno.

Sí, es un trabajo que acabamos de iniciar en dos escalas. Por un lado, analizamos los mensajes y las estrategias políticas en el contexto nacional de cada país y, por otro, observamos patrones comunes a escala global. Los temas, las estrategias e incluso los mismos mensajes son muy parecidos a escala global. Esto nos hace radiografiar una tendencia general y muy homogénea. El que todos por igual utilicemos las mismas herramientas digitales nos puede ayudar a buscar alternativas y soluciones también globales.

Las profesoras de Periodismo de la UVa Eva Campos y María Díez.
Las profesoras de Periodismo de la UVa Eva Campos y María Díez.