“Los prejuicios o estereotipos que nosotros vemos en el colectivo gitano, no hace mucho los teníamos nosotros”
Desde el pasado mes de noviembre, la Universidad de Valladolid, a través de la Delegación del Rector para la Responsabilidad Social Universitaria, se ha propuesta visibilizar la historia y cultura gitana y romper los prejuicios y estereotipos que existen hacia este colectivo, porque como dice su responsable, Rosalba Fonteriz, “la educación es fundamental para poder acercarnos y entendernos”. En esta línea se trabaja en las I Jornadas “Antigitanismo y Universidad”, en las que están involucrados los profesores de la Facultad de Educación y Trabajo Social Jesús Aparicio y Lorena Valdivielso. Conversamos con Jesús Aparicio, quien lleva más de treinta años conociendo a esta comunidad, con las que trabaja muy de cerca gracias a una de las asignaturas que imparte en el centro de la UVa. Su conclusión también es clara, estamos juzgando ciertas actitudes de esta comunidad que no hace mucho eran también parte de nuestra cultura y costumbres. El tiempo y la educación son las dos armas con las que hay trabajar para llegar a incluir a la comunidad gitana en todas las etapas educativas, pero sobre todo en la Universidad, a la que llegan no más del 1 por ciento de su población, y curiosamente el 80 por ciento que lo hace son mujeres.
-¿Por qué se denominan las jornadas antigitanismo? Da a entender que va contra los gitanos, ¿qué se quiere transmitir?
Cuando llega alumnado gitano a la Universidad, hemos detectado que el resto del alumnado todavía tiene unos prejuicios y estereotipos que todavía existen y son bastante importantes. Hay que intentar luchar ese antigitanismo de la sociedad. Es decir, las jornadas están orientadas precisamente para el alumnado no gitano y desactivar esos prejuicios, de tal manera que cuando lleguen esos alumnos, a cuentagotas, no sufran prejuicios, estereotipos y discriminación, porque esto no ayuda al éxito. Las jornadas están pensadas, por lo tanto, hacia los que no son gitanos, porque obviamente ellos ya conocen sus costumbres y tradiciones.
-¿Qué estereotipos más comunes existen cuando pensamos en este colectivo?
En estas jornadas hemos proyectado la película “Carmen y Lola” (se habla de la homosexualidad). La comunidad gitana la rechaza, porque en ella se reflejan prejuicios y estereotipos que supuestamente hoy ya no existen. Pero probablemente no existen para la comunidad gitana, pero los no gitanos todavía siguen viéndolos. Te pongo un ejemplo. Uno es el machismo, por supuesto que existe, pero ha cambiado, no lo suficiente, pero para la comunidad no gitana es un prejuicio que sigue existiendo. Otros serían el patriarcado o el culto. Para la comunidad gitana ha habido una transformación muy grande, y por esta razón no quieren que se refuercen, como se hace en esta película.
- Lo que se da a entender, es que está habiendo una transformación, pero no paralela a la que se da en nuestra sociedad no gitana.
Exactamente, antes estos prejuicios que nosotros vemos en este colectivo, no hace mucho los teníamos nosotros. El luto, por ejemplo, cuando hablamos de que una familia va vestida de negro. No olvidemos que no hace mucho, nuestras abuelas vestían de negro cuando moría un familiar. Yo a mi abuela jamás la vi con otra ropa que no fuera negra. Los gitanos proceden de la India, y su ropa de luto es el blanco, no el negro, pero van adoptando las tradiciones de los países en los que se instalan para adaptarse. Cuando se mimetizan, se solapan costumbres, la sociedad evoluciona, y ellos como han llegado más tarde, es seguro que acabaran por transformar esas costumbres como lo hemos hecho nosotros.
Pongamos el caso del embarazo, hace años si mi abuela hubiera tenido un hijo con mi abuelo sin estar casada, la sociedad no lo hubiera aceptado. Ellos siguen en esta fase, pero están luchando por cambiar. La homosexualidad, lo mismo.
- Lo que quieres decir es que tenemos que dar tiempo a este colectivo
Jesús Aparicio. Nosotros hemos cambiado y lo vemos, pero cuando vemos a otros que los están haciendo igual que nosotros hace unos años, nos sorprendemos. Vamos a esperar a que cambien, y lo están haciendo. Ya tenemos gitanas que son arquitectas, abogadas o trabajadoras sociales. Para eso tienen que incorporarse a esas profesiones, de ahí la importancia de la universidad.
A mi me gustaría preguntar qué es ser gitano dentro de 25 años, incluso menos. Será una forma de ver la vida, pero estoy seguro que no habrá estas diferencias que tenemos ahora.
Rosalba Fonteriz. Es tiempo y educación. Por esta razón es tan importante la educación y la formación y que los niños gitanos no abandonen el colegio, hagan la ESO y el Bachillerato y lleguen a la universidad. No porque todos tengamos que llegar a la universidad, pueden hacer una FP. Eso no quita para que este colectivo siga teniendo otros usos, costumbres o tradiciones. Pero que sean una parte más activa y productiva de nuestra sociedad.
Lorena Valdivielso. Queremos hacer ver que éste es también su espacio, que la universidad no es solo de los “payos”, sino que son aceptados, recibidos y se pueden formar igual que el resto de los estudiantes. Porque esto a veces sí que notan estas diferencias.
- ¿Qué podemos aprender de la comunidad gitana?
Pues son bastante importantes. El tema de la familia, el respeto o la mediación. Ellos llevan mediando miles de años desde que salieron del Punjab (India) y resolviendo conflictos a través del “arreglador”, una figura respetada en el conflicto tanto por el beneficiado como por el perjudicado. Aprender de estas cosas, y en mi caso puedo decir que he aprendido mucho conociendo en profundidad a la comunidad gitana y que me han servido para mi vida cotidiana.
- Ellos han cambiado, pero ¿lo hemos hecho nosotros en nuestra forma de ver a este colectivo?
Hemos cambiado mucho. De hecho te diría que de todos los países en los que la comunidad gitana está asentada tanto en Europa como en el mundo, España es donde mejor viven y se han integrado. Ten en cuenta que es el único pueblo que no tiene una localización geográfica concreta, están dispersos por todo el mundo. Algo hemos hecho, y bueno.
- Y ellas, ¿cómo se encuentra esta población en la universidad?
La comunidad gitana es muy heterogénea, no es lo mismo en Castilla y León, Andalucía o Cataluña. Nuestra comunidad es mucho más cerrada. El problema es que tampoco podemos saber el número exacto, ya que por la protección de datos no podemos saber quién es gitano o gitana. Nosotros solo podemos hablar de datos de los que se manifiestan públicamente y dicen que lo son. Estamos hablando de entre el 1 ó 1,5 por ciento de la población gitana, según los últimos datos facilitados por la Fundación del Secretariado Gitano.
- ¿Qué papel tiene la universidad en este cambio?
El problema empieza cuando finalizan la educación obligatoria. Y dentro de la obligatoria, tenemos el absentismo escolar. Hay que trabajarlo, pero ¿tenemos profesorado formado para poder trabajar la inclusión dentro de la enseñanza obligatoria?. Desde las universidades estamos potenciando que haya asignaturas donde los futuros maestros sepan trabajar con esta población para que no se vayan de la escuela.
Te voy a dar unos datos, en la década de los años 80, el 85% de la población gitana era analfabeta, y el otro 15 % analfabeta funcional. Desde esos años vemos cómo ha cambiado ese progreso, ya que estamos hablando de una alfabetización que ronda lo normal, exceptuando el problema del absentismo escolar. Y si vemos esos datos, y que en la actualidad estén llegando a la universidad, es magnífico.
- ¿Qué actitudes muestran estos estudiantes en la universidad?
Yo doy una asignatura en la Facultad de Educación y Trabajo Social en la que trabajo con la comunidad gitana. Y conmigo se atreven a visibilizarlo pero hay otros que no lo hacen, no quieren que se les identifique. En la Universidad de Valladolid, calculamos que puede haber en torno a los 10 o 12 universitarios gitanos. Lo curioso es que el 80% son mujeres, y con éxito. Son mujeres que quieren romper barreras. Imagínate lo que eso supone para una mujer que tiene que romper con la familia, y lo que significa, ya que es el pilar de la comunidad.
- Entonces, la integración parte de que no se identifique si es o no gitano, que se integren como uno más en la comunidad universitaria.
Rosalba Fonteriz. No necesitamos pedir un carné para saber si es o no gitano. Muchas veces lo hablamos, cuando tenemos personas con discapacidad nos piden medidas de apoyo, y si tienes un carné de discapacidad, la ley presta una serie de ayudas. Pero, por el contrario, no hay uno de gitano, y no podemos clasificar a la gente. Porque además es anticonstitucional. Lo que tenemos que hacer es la universidad lo suficientemente atractiva e inclusiva para que vengan y no tengamos que preguntar ¿eres gitano?. Sino que tengan el acceso, ya que nuestros estudiantes son todos iguales.
Imagino que existirán anécdotas al respecto.
A una alumna gitana que estudiaba en la UVa, le preguntaron: “¿pero tú eres gitana, gitana?”, “entonces, ¿tú no te casarás con un gitano, sino con un payo”. Y para que no se les identifique, ellos y ellas tienen que cambiar sus formas de comunicarse con el resto para que no se les estigmatice y se visualice a dónde pertenecen.
La Universidad de Valladolid está haciendo un esfuerzo muy grande por la inclusión. En le momento en que pasen de la Infantil y la Obligatoria, y las familias tengan esos referentes, puede ayudar mucho a empujar a sus hijos hacia la educación universitaria. Y las familias gitanas que en un principio se han opuesto a que su hija estudie, luego son las primeras que han visto esos beneficios.

