Científicos de la UVa regresan de la Base Antártica Española Juan Carlos I
Desde el año 2018 la UVa cuenta con equipo de observación y medición, compuesto por un fotómetro solar-lunar y una cámara todo cielo en la base argentina de Marambio y desde 2020 en la BAE Juan Carlos I. Estos instrumentos forman parte de la Infraestructura Europea para la medida de aerosoles, nubes y gases traza (ACTRIS).
Los grandes incendios forestales, la quema de combustibles fósiles, la incineración de residuos, el uso de fertilizantes agrícolas, la fabricación de químicos… La relación de fuentes de emisión de aerosoles es interminable. Sin embargo, pese a su nocividad, esta lista no ha dejado de crecer desde la revolución industrial. No obstante, en las últimas décadas, la ciencia ha demostrado el impacto significativo que tienen estos aerosoles en la calidad del aire, el clima y la salud humana, por lo que su estudio y monitoreo se han establecido como fundamentales para comprender y mitigar sus efectos.
Para estudiar y demostrar la influencia de estos aerosoles en el clima y en la atmósfera, investigadores de todo el mundo han puesto en marcha diferentes proyectos en la Antártida. “El nivel de aerosoles en la Antártida debería ser en todo momento muy bajo, ya que hablamos de una zona muy remota del planeta en la que prácticamente no existe actividad. Así todos los cambios se notan mucho más. Ejemplo de ello es la influencia de los incendios forestales: se ha demostrado que los aerosoles emitidos por los incendios de Australia en diciembre de 2019 llegaron a la Antártida y permanecieron más de un mes en la atmósfera de la región”, explica David Mateos, profesor de la Universidad de Valladolid participante en las investigaciones en la Antártida.
El Grupo de Óptica Atmosférica de la Universidad de Valladolid aumentó su presencia en las zonas polares desde 2020 con su participación en la campaña antártica española, y gracias a ello pudo empezar con series temporales sobre medida de propiedades de nubes y aerosoles en la región de las islas Shetland del Sur, donde está ubicada la BAE Juan Carlos I. “Es la tercera campaña consecutiva que viajamos a la base con el objetivo de realizar labores de mantenimiento en este equipamiento. Los técnicos de la base española nos ayudan cuando no estamos en la base a seguir recibiendo datos e imágenes necesarias para nuestra investigación. La puesta en marcha de las medidas del fotómetro hace que tengamos que acudir al comienzo de la campaña, en el verano austral, personalmente a la base”, añade Mateos.
Los fotómetros de la Universidad de Valladolid de las dos bases antárticas (Marambio y Juan Carlos I) forman parte de la red AERONET, coordinada por NASA. AERONET es una red global de fotómetros sol-cielo-lunar para monitorear las propiedades de los aerosoles y proporcionar validación satelital. Desde hace más de 25 años proporciona de forma continua información de fácil acceso: una base de datos de calidad y de dominio público, en la que se recogen las propiedades ópticas, microfísicas y radiactivas de los aerosoles. Cuenta con una distribución global a partir de datos de más de 400 estaciones distribuidas en diferentes regímenes de aerosoles. AERONET cuenta únicamente con 4 centros de calibración a nivel mundial: EEUU, España, Francia y China. ACTRIS-SPAIN, la Instalación Central de AERONET en España, está cogestionada por el Centro de Investigaciones Atmosféricas de Izaña de la AEMET y el Grupo de Óptica Atmosférica de la UVa.

