El MUVa clausura la exposición “MASKS. The Alas y Viento Collection. Nacho Rovira” con la donación de dos máscaras zamoranas
El Zangarrón de Montamarta y el Tafarrón de Pozuelo de Tábara son las dos primeras máscaras de artesanos que han participado en el proyecto europeo “Unveiling the Arts and Works behind the MASKS”, liderado por la Cátedra de Estudios sobre la Tradición de la Universidad de Valladolid, que a partir de ahora formarán parte de la colección privada de Nacho Rovira “Alas y Viento” (Sección Máscaras del Mundo”), expuesta desde el pasado 17 de diciembre en el Museo de la Universidad de Valladolid (MUVa) y que se ha podido ver hasta este viernes, 21 de febrero.
La colección cuenta con 159 máscaras, y gracias a estas dos donaciones nuevas tendrá los tres zangarrones de la provincia de Zamora: Sanzoles, Montamarta y Pozuelo de Tábara. Además, la colección de Nacho Rovira incorporó otras cuatro máscaras castellanoleonesas y cinco rumanas a lo largo de 2024, gracias a la asesoría de las profesoras Pilar Panero, directora de la Cátedra de la UVa, y Adelina Dogaru, de la Universidad de Bucarest.
A la donación, celebrada este viernes, 21 de febrero, han asistido representantes de las tres asociaciones con zangarrones de Zamora y que son miembros de MascaraZA: José Manuel Carretero Román por la Asociación El Tafarrón y la Madama de Pozuelo de Tábara; José Ramón Pérez Pérez por la Asociación Cultural el Zangarrón de Montamarta, que además es artesano; y José Javier Sánchez Hernández, también artesano, y Antonio Domingo Prada Lena por la Asociación Amigos del Zangarrón de Sanzoles. Javier Silva Lorenzo ha acudido en representación de MascaraZA.
Agradecimientos
Nacho Rovira ha agradecido en el acto que el MUVa haya acogido esta exposición y al proyecto MASKS, una cooperación que nace de una misma finalidad, reivindicar el arte mascarero y las energías y enseñanzas positivas que se transmiten con las máscaras. En su opinión “más allá del valor material de las máscaras, estas son un vehículo de para compartir creencias, emociones y muchas relaciones personales y sociales que ahora se amplían y enriquecen con Montamarta y Pozuelo de Tábara y su Zangarrón y Tafarrón, respectivamente”.
Por su parte, Pilar Panero indicó que la fortuna y la oportunidad han hecho su parte. Cuenta que la historia es sencilla: “en el trabajo de MASKS uno de los artesanos, José Ramón Pérez Pérez, construye una de las dos máscaras de diablo para la investigación del proyecto, concretamente la de diablo rojo de fiesta que representa el Año Nuevo y se usa el día de la Epifanía”. “Me la regala y pensé que podría agradecer más el presente si, más allá de dejarla en casa o en el despacho, pudieran contemplarla personas de todo el mundo en una colección con una riqueza y una categoría extraordinaria”. Paralelamente, otro de los artesanos que colaboran con MASKS, José Javier Sánchez Hernández, que hace unos años había elaborado el Zangarrón de Sanzoles para Alas y Viento, pide permiso para hacer también el Tafarrón de Pozuelo y donarlo a la colección. De esta manera quedan representadas tres de las mascaradas de Zamora más emblemáticas, las que se celebran con un solo enmascarado fustigador, y que están emparentadas con otras de la península Ibérica.
La directora del MUVa, la profesora Irune Fiz, se mostró satisfecha con la exposición pues en 38 días la han visitado casi un millar de personas. En su opinión, “la máscara, que es universal en todas las culturas, genera una comunicación efectiva. Esta nos permite, aunque sea con una muestra limitada, la comprensión de valores, lenguajes y costumbres ajenas que nos hacen pensar en las nuestras. Desde su estética lo local solo tiene sentido desde lo global. Es muy interesante ver las influencias entre lo moderno, incluso lo vanguardista, y la tradición”. Recuerda que desde una universidad pública como es la de Valladolid el arte y la cultura en general son de todos y para todos.
Por su parte, Javier Silva Lorenzo, vicepresidente de MascaraZA, la Federación de Provincial de Mascaradas de Zamora, señala lo importante que son las mascaradas para la provincia. “A través de las asociaciones y de la federación se comparten experiencias y se dan apoyo independientemente de la etapa en la que esté cada fiesta y de las acciones que programen el conjunto. Para las tres mascaradas con zangarrón es ilusionante estar en una colección con tanta repercusión y prestigio, pero la alegría es compartida con los grupos de cualquier lugar que trabajan por sus tradiciones”. Señala que lo que procede es seguir y alegrarse de todo aquello que sirva para visibilizar y la cultura de la máscara.
La comisaria de la exposición afirmó que “no puede haber un cierre mejor de la misma. MASKS es un proyecto de investigación y transferencia que le asigna a la artesanía de máscara como patrimonio la capacidad de perfilar, crear y rescatar identidades; pero estas no pueden ser efectivas si no hay un consenso de los actores sociales con capacidad para decidir su presente y su futuro. La base, en este caso concreto, está en los mismos artesanos (muchas veces constructores de máscaras locales) y asociaciones que operan en sus fiestas en el territorio propio más allá de las campañas de sensibilización o apropiación que se hagan desde el poder y la academia. Ofrecer una máscara o dos para que lleguen a más personas sin los protagonistas carece de sentido porque hablamos de tradiciones que están vivas. El museo, la docencia y la investigación son eficaces siempre que no interfieran, fosilicen o limiten su propia dinámica”. Asimismo destacó la pericia de los dos artesanos, José Ramón Pérez y José Javier Sánchez, quienes además de realizar las máscaras son depositarios de los saberes de la vestición de los enmascarados de Montamarta y Sanzoles respectivamente.

