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Thu Apr 10 09:05:01 CEST 2025

“En el breve periodo de gobierno de Calvo-Sotelo fructificaron muchas iniciativas decisivas para la consolidación de la democracia”

El catedrático de Historia Contemporánea de la UVa José Vidal Pelaz López publica el libro Consolidar la democracia. El gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982)

El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid José-Vidal Pelaz López ha publicado, junto con el también catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Navarra Pablo Pérez López, el libro “Consolidar la democracia. El gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982)”, una obra que viene a dar luz a una de las etapas menos conocida de nuestra historia reciente.  

P. Los autores consideran que esta obra viene a rellenar el hueco sobre uno de los periodos menos conocidos de la Transición y en el que, sin embargo, se consolidó definitivamente la democracia. ¿Cuál ha sido el principal hallazgo del estudio?

JVPL.- Aunque se ha escrito ya mucho sobre la Transición, constatamos que el breve periodo de gobierno de Calvo-Sotelo era el que menor atención había recibido por parte de los historiadores, que habitualmente pasan de la etapa de Suárez a la de González sin apenas detenerse en esos 20 meses comprendidos entre febrero de 1981 y diciembre de 1982. Sin embargo, si acercamos la lupa del historiador veremos que resulta sorprendente la cantidad de iniciativas que fructificaron entonces, algunas de ellas verdaderamente decisivas para la consolidación de la democracia de la que hoy disfrutamos. Por ejemplo, se culminó lo que ha dado en llamarse “la transición exterior” con la incorporación a la OTAN; se aprobó la ley del divorcio, con lo que se avanzó definitivamente en la secularización de la sociedad española; se racionalizó el proceso autonómico, generalizando el modelo (se aprobaron nada menos que 12 Estatutos de autonomía) y homogeneizando las competencias entre los distintos territorios; se combatió el paro y la crisis económica  a través de un acuerdo con los sindicatos (el Acuerdo Nacional de Empleo); se luchó contra el terrorismo con firmeza mejorando las dotaciones policiales, deslegitimando el discurso nacionalista violento e intentando conseguir la colaboración internacional; se pusieron las bases de la reconversión industrial; se avanzó notablemente en el proceso de integración europeo; y se asentó la preeminencia del poder civil sobre el militar con el recurso al Tribunal Supremo de la sentencia del 23F. En 1982 la democracia estaba ya lo suficientemente asentada como para que se produjera la alternancia política con plena normalidad y llegara al poder el PSOE. Es entonces cuando puede decirse que culmina y se cierra la Transición desde la dictadura de Franco.

P. Destacan asimismo que han buceado durante años en el archivo personal del propio ex presidente. ¿Se han llevado muchas sorpresas?

JVPL.- Tenemos que agradecer a la familia Calvo-Sotelo su amabilidad al concedernos acceso al archivo personal del presidente. Se trata de una documentación rica y variada que nos ha permitido acercarnos con material de primera mano a los procesos de toma de decisiones políticas. Hemos podido comprobar el método de trabajo de Calvo-Sotelo, concienzudo, riguroso, lector incansable de todos los informes que pasaban por su mesa, que además anotaba y subrayaba. Un auténtico profesional de la política, que con los escasos medios de los que entonces disponía la presidencia del gobierno, desarrolló una labor intensa y eficaz. Como no podía ser de otra manera hemos complementado esta fuente con otros archivos oficiales, como el de Presidencia y con la documentación de otros fondos personales, como los que se encuentran custodiados en la Universidad de Navarra. Además nos hemos servido de la hemeroteca con el vaciado de los principales periódicos de la época Diario 16, El País, ABC, La Vanguardia y otros. Y, por último, hemos realizado numerosas entrevistas personales a destacados políticos de la época, singularmente a los que colaboraron de forma más cercana con el presidente. El libro además incluye un valioso material fotográfico, procedente en parte de la agencia Efe y también de los fondos de la propia familia de Calvo-Sotelo. 

P. De Leopoldo Calvo-Sotelo se puede decir que entró en la Presidencia del Gobierno de España con mal pie (durante la votación de su investidura tuvo lugar el intento de golpe de estado del 23-F) y para algunos fue un presidente de paso entre Adolfo Suárez y Felipe González. ¿Este libro rompe con la imagen que hasta ahora se tenía de un Calvo-Sotelo gris, serio y tecnócrata?

JVPL.- El contraste entre el estilo político de Suárez y el de Calvo-Sotelo es evidente. Este último carecía del carisma y del don de gentes de su predecesor y esto sin duda fue un problema para su liderazgo. No obstante, debemos tener en cuenta que cuando Calvo-Sotelo accede a la presidencia del gobierno no acepta la presidencia del partido (UCD), con lo cual él pensaba que podía centrarse en las tareas gubernamentales mientras se decidía quién podría ser el cabeza de cartel de cara a las siguientes elecciones. Al final, en noviembre de 1981 esa “bicefalia”, como la denominó la prensa, no funcionó y Calvo-Sotelo tuvo que dar un golpe de timón y hacerse también con el control de UCD. Lo cual, por cierto, deterioró de manera irreversible su relación política y personal con Adolfo Suárez, quien acabaría fundando su propio partido, el CDS.

Por otra parte, en enero de 1981 se detectaba también un cierto cansancio en la opinión pública respecto al estilo de gobierno de Suárez, que a veces pecaba de improvisación, y se echaba de menos una manera de hacer las cosas más rigurosa. Buena parte de la tarea de Calvo-Sotelo consistiría precisamente en desatascar problemas o corregir el rumbo de cuestiones planteadas por Suárez, que habían quedado empantanadas en su etapa.

Si además de tener que sustituir a un presidente carismático como Suárez, hay que hacerlo en medio de todo tipo de rumores sobre su dimisión y tras un intento fallido de golpe de estado, se comprenderá que la labor de Calvo-Sotelo no empezó bajo los mejores auspicios. Sin embargo, el nuevo presidente consiguió aprovechar el impacto emocional del 23F para crear un nuevo clima político en el que buscar pactos con la oposición de cara a solucionar problemas pendientes. En este sentido hay que resaltar la actitud en general constructiva de Felipe González, a través del llamado proceso de “concertación”, que tuvo su principal plasmación en los pactos autonómicos de 1981 que darían lugar a la LOAPA. González, que ya veía próxima su llegada al poder, estaba interesado en ofrecer a los españoles una imagen de estadista serio y responsable, lo que no obstó para que intentara bloquear la entrada de España en la OTAN, en lo que fue su principal divergencia con Calvo-Sotelo.

El desgaste de la presidencia de Calvo-Sotelo, que fue muy rápido, tuvo sobre todo que ver con la crisis interna de UCD, que se plasmó en los malos resultados electorales de Galicia en 1981 y, sobre todo de Andalucía en 1982, una campaña en la que se implicó personalmente. Tras el desastre andaluz y tras conocer que Suárez se iba de UCD, Calvo-Sotelo decidió anticipar las elecciones generales. Con el centrismo en plena descomposición, los socialistas obtuvieron una histórica mayoría absoluta.

P. ¿Aprendimos de algún error cometido durante ese periodo que nos ha servido para no volver a caer en él?

JVPL.- Decía George Bernard Shaw que lo único que aprendemos de la Historia es que no aprendemos nada de la Historia. Algo de cierto hay en ello. La Transición a la democracia fue un periodo exitoso de nuestra Historia reciente, quizá de los más brillantes, y nos ha dejado varias lecciones que sería interesante no olvidar. La más importante, en mi opinión, sería el valor de subrayar lo que nos une como españoles frente a lo que nos separa. En eso consistió precisamente el consenso que caracterizó aquellos años: se buscó la manera de acordar lo fundamental y de pactar la gestión de la discrepancia. Probablemente sería difícil encontrar a dos políticos más distintos y distantes que Calvo-Sotelo y Felipe González, tanto en lo político como en lo personal. Y, sin embargo, fueron capaces de aparcar sus diferencias trabajando para conseguir la consolidación de la democracia.

Probablemente, el principal error que se cometió (no solo por parte de UCD) durante la Transición fue en la gestión del problema autonómico. Con la Constitución del 78 y el posterior desarrollo del Estado de las autonomías se intentó resolver uno de los más graves dilemas de la España del siglo XX, la cuestión territorial, o si se prefiere, los problemas vasco y catalán. Se pensó que las autonomías podrían ser la solución, en un momento además de especial crueldad del terrorismo de ETA. Visto en perspectiva se comprueba, sobre todo tras los acontecimientos de 2017, que para los nacionalistas la Constitución de 1978 eran tan solo un punto de partida. En este sentido, el gobierno de Calvo-Sotelo, de acuerdo con el PSOE, fue el que probablemente más en serio se tomó el diseño del nuevo Estado, tomando medidas para generalizar, racionalizar y armonizar el proceso autonómico.

P. Usted es catedrático de Historia Contemporánea. ¿Deberían los gobernantes de hoy en día tener como asignatura obligatoria el recibir clases magistrales sobre nuestro pasado para garantizar a los ciudadanos una paz social en el futuro?

JVPL.- Los gobernantes utilizan a veces el pasado como arma política, sin demasiado rigor, y con ello contribuyen a la polarización de la sociedad. La Transición supuso precisamente un gran acuerdo de reconciliación nacional en un país como el nuestro, con una Historia reciente bastante conflictiva. No se trata de olvidar el pasado ni de mitificarlo, sino de comprenderlo y asumirlo.

Nuestro libro intenta aportar conocimiento documentado e interpretaciones ponderadas sobre una etapa que entendemos crucial de nuestra Historia.  Con sus luces y sombras, la Transición constituye el momento fundacional de la democracia actual y como ciudadanos es también nuestra obligación conocer y valorar lo que hicieron los que nos precedieron. Es la manera más inteligente de evitar repetir errores trágicos y de extraer lecciones positivas que puedan orientar mejor la convivencia en común. Así entendemos nosotros el estudio del pasado, esa es en último término la “utilidad” de la Historia entendida como “escuela de ciudadanía”.

 

José-Vidal Pelaz López es Catedrático de Historia Contemporánea en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. Ha sido coordinador del Máster “Europa y el Mundo atlántico: poder, cultura y sociedad” y del programa de Doctorado del mismo nombre impartidos por el Instituto de Historia Simancas. Es académico de la Institución Tello Téllez de Meneses (Palencia). Entre sus líneas de investigación preferentes destacan la Historia de la comunicación social (con especial atención a las relaciones entre el cine y la Historia) y la Historia política reciente, tanto española como universal.

En relación a la primera podemos citar sus libros Caciques, apóstoles y periodistas. Medios de comunicación, poder y sociedad en Palencia (1898-1939) (2000) y Ver cine. Los públicos cinematográficos en el siglo XX (2002).

Respecto a la historia reciente de España ha publicado El Estado de las Autonomías. Nacionalismos y regionalismos en la Historia Contemporánea de España (2002), y El Estado y las Autonomías. Treinta años después (2011).

También es autor de una biografía de Winston Churchill (2012), y coautor de los manuales universitarios El Mundo actual. De la Segunda Guerra Mundial a la globalización (2019) y España Contemporánea. Una mirada desde el siglo XXI (2022). Asimismo, ha dirigido una docena de Tesis Doctorales y  publicado numerosos capítulos de libros y artículos en revistas especializadas. En la actualidad su investigación principal se centra en la etapa de gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo.

Perfil investigador completo en:

https://portaldelaciencia.uva.es/investigadores/179566/detalle

Listado de publicaciones en:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=64927

Jose Vidal Pelaz López, con el libro libro Consolidar la democracia. El gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982), en el patio del Palacio de Santa Cruz
Jose Vidal Pelaz López, con el libro libro Consolidar la democracia. El gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo (1981-1982), en el patio del Palacio de Santa Cruz