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Fri Jun 09 12:23:04 CEST 2023

“La mayor contribución de la Química ha sido la cloración del agua. Su falta, tras el derrumbe de la presa en Ucrania puede provocar el cólera”

Según ha alertado el presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) y de la Academia Joven de España, Javier García Martínez, durante la conferencia que impartió ayer en la UVa con motivo del Centenario de su Facultad de Ciencias

Con motivo de su Centenario, la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valladolid, celebró el jueves, 8 de junio, una charla divulgativa con el presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) y de la Academia Joven de España, Javier García Martínez. Con el título " Cómo reinventar nuestra relación con el planeta a escala molecular" el también profesor de la Universidad de Alicante habló sobre la Ciencia que es posible e hizo un repaso sobre los últimos avances de la investigación en Química, el uso de la Inteligencia Artificial, o el papel de las Humanidades en el desarrollo tecnológico.

El químico y emprendedor, aludió también durante su intervención al papel de la Química en conflictos como el de Ucrania, y avisó del riesgo de enfrentarnos a una posible epidemia de cólera, por la falta de cloración del agua “la mayor aportación de la Química a la humanidad”.

-En la lucha contra el cambio climático usted ha introducido el término Química circular ¿En qué consiste?

Actualmente tenemos una relación muy tóxica con el planeta. Tenemos que apostar por lo que yo llamo la Química circular, no hay economía circular sin Química circular. Esta idea de economía circular de reutilizar y recuperar todo lo que producimos, requiere repensar como se hace a escala molecular.

Lo que planteo es que todo lo que se produce tiene que estar desde su concepción, pensado y diseñado para que sea más fácil recuperarlo. Por ejemplo, hay una nueva generación de plásticos no biodegradables, sino reutilizables que en su estructura tienen enlaces que pueden abrirse, que puedes darles un tratamiento para desensamblar el plástico, recuperar esos ladrillos que se llaman monómeros y volver a hacer ese plástico virgen una vez que lo hemos utilizado. Esto es un buen ejemplo de un plástico qué desde el principio, desde su estructura, está pensado para reutilizarse.

-Para garantizar esta Química circular, ¿sería necesario que hubiera un Comité que midiera el impacto medioambiental de esa investigación?

En Europa hay muchísima regulación al respecto, pero no vale de nada si se hace a escala regional. Por eso hace seis meses Naciones Unidas aprobó un nuevo panel intergubernamental sobre productos químicos, para que de forma global introduzcamos la sostenibilidad en el diseño de todo lo que fabricamos con una legislación global, que impida deslocalizar la producción de compuestos químicos.   

-En la actualidad, además de los temas medioambientales, el cambio climático, etcétera ¿a qué problemas podríamos enfrentarnos por falta de Química?

La mayor contribución de la Química a la humanidad es el proceso de la cloración del agua, antes la gente moría de diarreas, tifus y de enfermedades asociadas a beber agua no potable.

Con el derrumbe de la presa en Ucrania, vamos a vivir también los efectos de enfermedades totalmente superadas, como el cólera, tanto por la falta de agua potable, como por el consumo de agua estancada. Para combatirlo desde la IUPAC hemos planteado a Naciones Unidas, OTAN, y Unión Europea sistemas de potabilización de agua en una zona enorme del sur de Ucrania. Así que algo que en principio no tiene conexión con la Química, como es volar una presa, genera este problema sanitario de primer orden y donde la Química tiene un papel trascendental para evitar que a la tragedia bélica se sume otra sanitaria.

-Ya que menciona usted el conflicto bélico. ¿Es posible una guerra química?

Después de la II Guerra Mundial se creó la Organización para la Prohibición del Armamento Químico (OPAQ) con sede en la Haya, con la que colabora la IUPAC para asegurarnos de que no se utilizan armas químicas en ningún conflicto bélico. Ellos tienen un papel muy importante para verificar cualquier reclamación sobre el uso de armas químicas en conflictos y nosotros colaboramos con ellos para desarrollar los métodos de verificación y también en grandes campañas internacionales de sensibilización y educación para evitar el uso de armas químicas que, por cierto, casi todos los países del mundo lo han firmado y en principio no deberían usarse.

-Otro tema de actualidad sin duda es el empleo y el desarrollo de la Inteligencia Artificial. ¿Qué relación tiene con la Química?

La Química es un lenguaje que representamos con fórmulas, ecuaciones y reacciones químicas. En los últimos meses estamos viendo como las máquinas están aprendiendo a hablar Química, y a desarrollar y a proponer formas de sintetizar y fabricar todo tipo de sustancias mucho más sostenibles y eficientes, gracias al uso de la Inteligencia Artificial.

Creo que la gran revolución en los últimos años en Inteligencia Artificial ha sido el desarrollo de los programas de lenguaje natural, como ChatGPT en el que tú haces una pregunta a una maquina y te sorprende la calidad de la respuesta, lo hagas en inglés, español o en Química. Sabemos que las máquinas nos ayudan a programar el lenguaje código, el siguiente reto es que nos ayuden a hablar en Química, es decir, a sintetizar nuevas moléculas para utilizarlas en la transición energética, en la lucha contra el cáncer o encontrar alternativas a materiales escasos. Ahí es donde está la gran revolución.

-La precisión en el uso del lenguaje es clave para sacar el máximo partido a la IA. ¿Deberían incorporarse lingüistas a los equipos de investigación científica, en particular de Química?

Creo que los lingüistas y los científicos de datos van a ser fundamentales en cualquier equipo de investigación, en empresas y en universidades, porque el futuro de la investigación, el de la Química sin duda, está en el lenguaje, en la interpretación que las máquinas hagan de él. Es decir, hay que hacer un Siri o un Alexa para la Ciencia, y ese es el gran reto, y para eso hacen falta lingüistas que nos ayuden a hacer las preguntas y entender las respuestas de forma adecuada. Pero también necesitaremos científicos de datos, y este es el otro reto, ya que la calidad de la IA es tan buena, como la de los datos de los que se nutre.

-En alguno de los artículos que ha escrito ha señalado la importancia de las Humanidades en el desarrollo de la Química y en general, de la Ciencia

Sí quiero insistir también en esta idea fundamental: Cuanto más tecnológica es nuestra sociedad, más humanista tiene que ser nuestra formación. Es decir, cuanto más potente es el arma con la que podemos impactar a otras personas y al medio ambiente, más tenemos que volver a los clásicos, a hacernos las grandes preguntas. Porque cuanto más poderosos somos, mas capacidad tenemos de hacer el bien, pero también el mal. Por eso siempre digo que hace falta más ética, mas humanismo en una sociedad con una gran capacidad de hacer cosas mayores.

- ¿Esto significa que habría que incluir más formación humanista en los Grados de Ciencias o incrementar la colaboración entre Grupos de investigación de distintas ramas de conocimiento?

En el nivel formativo yo no reemplazaría asignaturas propias del Grado por otras de otro Grado de Humanidades, lo que sí haría es introducir en las asignaturas que ya tenemos y de forma transversal estos temas humanistas. Es decir, cada vez que se explica un tema que tiene consecuencias sobre el medio ambiente o las personas, analizarlo a escala molecular, pero también hacer esa conexión con los problemas que puede generar. En toda la formación los temas que son transversales, como es la sostenibilidad, deben estar presentes con ejemplos relevantes y oportunos.

En el caso de la investigación sería cada vez más conveniente, y esto lo están haciendo las grandes universidades, es crear espacios para que haya mas interacción entre personas de diferentes unidades, generar institutos que planteen temas muy ambiciosos y globales. Por ejemplo, hoy en día nuestros institutos tienen el nombre de la disciplina, cuando el nombre del instituto tendría que ser el objetivo, como el Instituto para el Cambio Climático o Instituto para sostenibilidad, e incluir las disciplinas que nos ayuden a enfrentar ese problema, pero lo estamos haciendo al revés: primero juntamos la disciplina y luego le buscamos los problemas que queremos resolver. Ese es el cambio desde la multidisciplinariedad, primero poner el objetivo y luego todas las disciplinas que nos ayudarían a llegar a el.

 

JAvier_García
El presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) y de la Academia Joven de España, Javier García Martínez durante su visita a la Facultad de Ciencias de la UVa, en su Centenario
JAvier_García
Durante su visita a la Facultad de Ciencias, el presidente de la IUPAC tuvo ocasión de compartir los últimos avances de sus investigaciones en la Universidad de Alicante, con los investigadores del CINQUIMA