La periodista Anna Bosch conversa con los estudiantes sobre la Rusia de Putin y la profesión periodística
“El golpe emocional e intelectual de constatar todos los días allí que el concepto de ciudadano con una serie de derechos, que vosotros no cuestionáis y con el que habéis nacido, ese mero concepto no existe en Rusia, no existía en la Rusia de los zares, ni en la antigua Unión Soviética, ni tampoco ahora”, con estas palabras y recordando que precisamente ese martes, 12 de diciembre, día de la charla, se cumplen los 75 años de la Declaración de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas, Anna Bosch, corresponsal durante muchos años de TVE en Moscú, Londres o Washington, iniciaba el encuentro Conversaciones “El año que llegó Putin” con el alumnado de Periodismo en la Facultad de Filosofía y Letras.
Su visita se engloba en el ciclo InforUVa, que organiza el área de Periodismo para acercar la realidad periodística al alumnado de este grado de la UVa. Estos futuros profesionales tuvieron la oportunidad de intercambiar con la corresponsal su visión sobre la situación de la Rusia de Putin sobre la que ha girado su primera obra en solitario, y a la que agradeció la periodista la lectura por parte de los alumnos. Además de escuchar de primera mano la labor del corresponsal y su visión sobre la situación periodística.
“Tenía claro que si algún escribía algo sobre mi carrera, un capítulo sería para dedicarlo a esa vejación, humillación a ese ninguneo de los ciudadanos rusos y, en especial, al tesón de las mujeres rusas, sobre todo de las madres, reclamando a sus hombres. Tienen conciencia de que son más esclavos que ciudadanos, y sobre todo lo interiorizado que lo tienen”. Y eso precisamente es lo que recoge la periodista a través de los testimonios que aparecen en el libro y que reconoce que le afectaron mucho y aún le siguen afectando después de 24 años. “Yo me revelaba contra eso, y ellos decían: Anna ¿y qué vas a hacer?”.
“Putin ha sofisticado un tipo de discurso, una oratoria, ante lo que le reprocha Occidente y él tiene recopilado todos los fallos que tiene, por donde hacen aguas, y saca nuestras vergüenzas. Provoca un “y tú más” para que lo miremos de otra manera. Eso lo hace muy bien”, describe Anna Bosch sobre el perfil del líder ruso. “La diferencia de nuestra sociedad es que si tú te manifiestas contra la guerra, no te detienen, pero en Rusia, sí”.
Habló también de Chechenia, de su guerras, de la primera guerra de Chechenia que terminó en el 96, pero “Putin consiguió comprar a uno de los jefes tribales de allí, acabó con los oligarcas que desafíaban su poder y ahora está instalada una dinastía, que tiene una dependencia de facto acordada con el Kremlin”. Y esta es una de las reflexiones que con la vista atrás hace la periodista ¿creyó que podía hacer con Ucrania lo que hizo con Chechenia?. En opinión de la periodista la guerra de Ucrania ya es una derrota para Rusia no haberla ganado en semanas, ya que “nadie dábamos un duro por Ucrania”. Tras dos años de invasión de la segunda potencia mundial, Ucrania empieza a perder la guerra, porque el tiempo juega a favor de Rusia. “Los países occidentales se están cansando de poner dinero para la guerra y aparece en escena una nueva guerra que interesa más a los países occidentales. Esta situación juega a favor de Rusia”, resume la corresponsal.
La profesión periodística y la censura
Pero no sólo las preguntas de los alumnos se centraron en su libro y la situación rusa, hubo cuestiones sobre la profesión periodística. Desarrolló para los futuros profesionales las diferencias del lenguaje en prensa, televisión y radio y su experiencia en ellas. A esta última es a la que se propone volver, pero advierte que no está de acuerdo en incluir webcam en la radio, porque el poder de ella es “la palabra” y la imagen no tiene sentido en este medio, “para eso está la televisión”.
De la profesión de corresponsal dijo que cada vez es más “desagradable”, porque los ciclos de información se están acortando y hay que estar continuamente refrescándola. “Se nos pide que trabajemos como máquinas como el ChapGPT ”, por lo que expresó que ya no volvería.
Habló también de la situación de los medios de comunicación en España, de los que dijo que hay pocos que apuestan por la información, porque no es rentable. Lamentó que ya no se hace periodismo de investigación, porque eso significa pagar a un periodista que se dedique a un tema en profundidad, y lo que ahora se llama de investigación es “trabajar un poquito más la noticia”. Y criticó la información que sale de los departamentos de comunicación de las empresas, que se han convertido en fuente de información para los medios, por lo que “muchos medios pasan como información muchas noticias que son propaganda”
¿Y la censura? Anna Bosch explicó que hay muchas formas de censura y dijo que en las democracias también la hay y “cuánto más sólidas son más refinadas y sofisticadas son las más formas de censura”. Pero en la información todos censores, ya que “la objetividad no existe”.
De su experiencia como mujer cuando inició su carrera periodística, a finales de los años 80, contó algunas anécdotas que le sucedieron en sus inicios, pero sobre todo, la valoró como “paternalista”. Para Bosch las cosas han cambiado desde entonces, porque muchas de las corresponsales mujeres, es curioso, pero no tienen hijos y, sin embargo, ahora es fácil que en muchas parejas, él sea el que renuncie a su carrera profesional para acompañarla cuando es nombrada corresponsal en algún país. “En estos últimos 40 años hemos hecho un camino y ya se hacen pactos entre las parejas”

