El experto en Análisis de Conducta Juan Enrique Soto conversa con los estudiantes de Criminología
"Vivir en el asombro. Memorias de un psicólogo criminalista", presentada esta mañana en la Facultad de Derecho de la UVa, es la última publicación del exdirector de la Sección de Análisis del CNP, Juan Enrique Soto. En ella hace una revisión de su trayectoria como investigador y psicólogo de la Comisaría General de Policía Judicial: la aplicación de la psicología a homicidios, asaltos violentos y otros delitos, la creación de la Sección de Análisis de Conducta o de la creación del Método VERA.
“No conozco ningún policía al que no le guste contar sus batallitas”, así abre Juan Enrique Soto su último libro, “Vivir en el asombro. Memorias de un psicólogo criminalista”, y precisamente eso ha hecho esta mañana el psicólogo en la Facultad de Derecho. Juan Enrique se ha acercado a la Universidad de Valladolid con dos propósitos: presentar su nuevo libro y compartir con los estudiantes de criminología las “batallitas” acaecidas en cerca de 30 años de trayectoria en el Cuerpo Nacional de Policía. Desde su caída en la Policía Científica de Granada como Policía en prácticas hasta sus casos más recientes y mediáticos como Marta del Castillo o José Bretón, la carrera de Juan Enrique ha estado plagada de éxitos. “Desde que estuve en La Revuelta he recibido una avalancha de solicitudes de medios de comunicación, charlas, ponencias… Pero a la Universidad nunca le puedo decir que no. Por un solo motivo, el alumno de criminología es el más motivado que he conocido nunca y charlando con ellos me contagian sus ganas de seguir. Siempre es un placer dialogar con ellos”, reconocía el policía en segunda actividad.
Como bien apuntaba Juan Enrique Soto en su introducción, en los años 90, cuando él comenzó su carrera policial no existía todavía Mentes criminales, a la que le faltaban casi 15 años para nacer, y a penas nadie hablaba del análisis de conducta criminal. “Sin embargo, yo tuve la suerte de caer en homicidios y dejarme llevar por mi instinto, que no me falló. Y digo por suerte porque como psicólogo tenía los conocimientos necesarios, y como policía de Homicidios tenia los casos. Y la combinación de ambos funcionaba”, explicaba Soto. El policía, licenciado en Psicología en el año 1990, comenzó al inicio de su carrera a aplicar de forma intuitiva sus conocimientos sobre psicología a la resolución de casos criminales y comprobó que funcionaba. Sin embargo, en aquellos momentos “era difícil que los informes basados en este análisis pasasen los filtros de los tribunales. Necesitaba una base científica que lo respaldase y por ello decidí comenzar mi tesis doctoral y desarrollar el método VERA (Víctima, Escena, Reconstrucción y Autor)”, recuerda Juan Enrique.
En el año 2012, Soto publicó su tesis doctoral en la que desarrollaba el método VERA, un método hoy ampliamente aplicado en casos de homicidios, atracos, agresiones, desapariciones, secuestros… “Con mi tesis publicada ya no solo podía demostrar que el análisis de la conducta resuelve casos, sino que también podía argumentarlos con base científica. Podía ir a un juzgado y defender el informe como Dios manda”, afirmaba el psicólogo. Los perfiles criminales son hoy una herramienta fundamental para la resolución de casos policiales complejos y en España, y concretamente en el CNP, su uso fue introducido por Juan Enrique Soto y su novedoso método VERA.
Entre las “batallitas” que ha contado Juan Enrique ha impresionado al público una de sus primeras actuaciones: “Eran mis primeros días como policía en Las Palmas de Gran Canaria y paseaba por el puerto con uno de los agentes veteranos del departamento. En aquel momento el puerto… No era lo que es hoy. Recuerdo que hablamos de mediados de los 90. Era, de hecho, una de las partes más deprimidas de la ciudad. Mientras patrullábamos se acercó una politoxicómana que, cuchicheando, le reconoció a mi compañero haber sido testigo presencial de un crimen cometido hacía más de 3 años: un homicidio con descuartizamiento. Crimen en el que solo se pudo identificar a la víctima. No recordaba a penas ningún dato que permitiese esclarecer los hechos”, contextualizaba exdirector de la Sección de Análisis de Conducta.
Como reconocía Soto en su relato de los hechos una politoxicómana sin un recuerdo fiel de los hechos… es un testigo que ningún juez aceptaría. Sin embargo, Juan Enrique no dejó pasar la oportunidad y le realizó a la testigo una entrevista cognitiva, que es una técnica de entrevista diseñada para mejorar la recuperación de información en testigos y víctimas, especialmente en el contexto de investigaciones criminales. Esta técnica combina herramientas como la restauración del contexto, dibujo de los hechos, cambio de perspectivas, el recuerdo libre o la modificación temporal del recuerdo. “Con la entrevista cognitiva obtuvimos un relato al que posteriormente le realizamos un análisis de credibilidad. De los 19 criterios que analizamos 16 estaban presentes, por lo que no solo obtuvimos un relato. Obtuvimos un relato creíble. O así lo estimó también el juez, que tras analizar nuestro informe estimó el internamiento en un hospital de la testigo”, recordaba satisfecho Soto.
Pero esto no habría sido una victoria, porque el homicidio con descuartizamiento seguía en este punto sin resolverse. “Tras seis meses de internamiento, la testigo estaba completamente desintoxicada y con unas capacidades cognitivas bastante recuperadas. A su salida del hospital nos dio nuevos datos de un tercer testigo al que localizamos años después en Mauritania. En 2002 tras casi 10 años de investigación pudimos dar con el homicida y sus cómplices, a quienes se les condenó a 12 años de cárcel”.

