La Residencia Universitaria Alfonso VIII celebra su acto académico y nombra residente de honor al pintor Manolo Sierra
El pintor Manolo Sierra, con una trayectoria más de doscientas exposiciones en galerías nacionales e internacionales y un estilo reconocible e inconfundible, innato y vitalista, y que atraviesa lo íntimo y lo comunitario, ha recibido la distinción de Residente de Honor por la Residencia Universitaria de la UVa Alfonso VIII, en un acto académico celebrado en el Paraninfo del campus vallisoletano.
En el acto, que tuvo lugar el viernes 25 de abril y que estuvo presidido por la vicerrectora de Estudiantes, Cristina de la Rosa Cubo, se becaron los residentes que han permanecido en el centro tres cursos consecutivos. Estos estuvieron acompañados por otros residentes. Raquel Carmona Valle y Alonso de Frutos Gil fueron los tutores encargados de dirigir a los asistentes unas palabras en nombre de sus compañeros.
En esta ceremonia se reconoció la labor de los siete tutores del curso y de las directoras del propio grupo de teatro de la residencia, Chaimae Hanafi Afifi y Mihaela Beatrice Rolea, a los que se distinguió con un diploma y se les obsequió con el “Alfonsito”.
En la presentación de “este pintor de caballete y de muro”, la vicerrectora, Cristina de la Rosa, destacó todo aquello que representa la persona del nuestro Residente de Honor 2024-25: “la igualdad, lo democrático, lo cotidiano y la memoria colectiva; pues a través de su obra nos abre los ojos ante, ironías del destino en la era tecnológica, nuestra desinformación y, otra ironía, sobre nuestra incomunicación, porque su estética es la del nosotros y no la del yo”.
La directora, Pilar Panero destacó de Manuel Sierra “que es un interventor, porque es capaz de autorizar y fiscalizar el mundo, de valorar como nos comportamos para su corrección”. Y apuntó que lógicamente “para él la enmienda tiene que ver con la idea de justicia y la de libertad como valores humanos, necesarios e irrenunciables”.
En el catálogo titulado Sierra. Las marcas del tiempo publicado en 2019 y que recoge su propia colección, él lo divide en tres capítulos que titula “La mirada”, “La pelea” y “La celebración”. De su mirada nace la emoción; de la pelea, el rechazo a la sumisión y a un control social ilegítimo, y de la celebración, el reconocimiento del humano como gregario.
En su intervención Sierra manifestó la gratitud con la que recogía este honor de la institución en la que se formó estudiando Derecho. El pintor, al recibir la insignia de oro en recuerdo de este acto, explicó ante los residentes y estudiantes de la Universidad de Valladolid y público en general los códigos de su pintura. En ellos evoca lo humano a través del hecho artístico y recordó que también es político. El homenajeado se alegró de que el acto se celebrara un 25 de abril y recordó a la Revolución de los claveles. Destacó que, además de pintar para galerías, le apasionan los espacios públicos y la calle como lugar para el arte y la conciencia.
Porque su legado es arte, pero también es portador de sentimientos profundos que reflejan nuestros anhelos, lo que se ofrece y lo que se celebra; y por su respeto hacia todas las ideas que han cimentado la cultura y la libertad que hoy disfrutamos y que tenemos la responsabilidad y el privilegio de seguir construyendo, ha sido distinguido con el título de Residente de Honor de este curso 2024-25.