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Fri Jan 08 12:05:00 CET 2021

Nuevas investigaciones de la Universidad de Valladolid en Trocs certifican que la cueva fue ocupada estacionalmente por los primeros pastores trashumantes documentados en Europa

La prestigiosa revista PLOS ONE (“The Public Library of Science ONE”) publica el 6 de enero de este año otra importante investigación del equipo de arqueólogos e investigadores que trabajan en la cueva de Els Trocs, situada a más de 1500 m de altitud, en la localidad de San Feliu de Veri/Bisaurri (Huesca), y dirigidos por Manuel Rojo Guerra, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid y José Ignacio Royo Guillén, técnico arqueólogo del Gobierno de Aragón.

El trabajo que acaba de ver la luz es un estudio multidisciplinar que, a la arqueología de la cueva propiamente dicha, aúna los estudios arqueozoológicos coordinados por Marta Moreno García, científica titular del Instituto de Historia del CSIC en Madrid, los análisis de isótopos de carbono y oxígeno sobre la bioapatita del esmalte de los dientes de ovejas llevados a cabo por Carlos Tornero, investigador del IPHES en Tarragona, y el análisis de los paleoparásitos hallados a lo largo de la secuencia estudiados por Alizé Hofman de la Universidad de Toulouse.

Aunque el fenómeno de la Trashumancia es un fenómeno económico y social propio de la Edad Media, se puede decir que la esencia del mismo, que es ese movimiento altitudinal de los rebaños desde el valle o las tierras bajas del Ebro en este caso, a los pastos de verano de las zonas montañosas, fue practicado, hace ya 7500 años, por los primeros pastores que se adentraron con sus animales domésticos en el Pirineo Axial en la Alta Ribagorza oscense.

Los resultados son contundentes ya que, a través del estudio de las pautas de sacrificio de los restos de ovinos acumulados en la cueva, a lo largo de los más de 2000 años que estuvo ocupada de manera recurrente e intermitente (ocupaciones estacionales de finales de primavera y verano), se detecta una progresiva disminución de las muertes perinatales, un retraso en la edad de sacrificio de esta cabaña y, por tanto, la práctica de una gestión ganadera avanzada en la que el control creciente sobre la época de cría y la explotación de los pastos en altitud resultarían factores clave para aumentar el tamaño y la capacidad productiva de los rebaños.  

Los datos isotópicos registrados en la bioapatita del esmalte dentario revelan no solo que las ovejas recuperadas en la Cueva de Els Trocs vivieron a lo largo del año en ambientes ecológicos diferentes, pasando en el valle otoño e invierno y en la montaña primavera y verano, sino que también evidencian, por primera vez, la desestacionalidad del ciclo natural reproductor de esta especie. Por su parte, los análisis de los paleoparásitos indican que  la cantidad de parásitos por muestra de sedimento recogida a lo largo de la secuencia, aumenta en cantidad y variedad de helmintos conforme avanzamos en el tiempo, lo que ha permitido corroborar el aumento de la actividad ganadera en el entorno de la cueva desde el neolítico antiguo hasta el neolítico medio/final y la relación de la movilidad de los rebaños con la expansión del proceso de neolitización y antropización de las zonas de alta montaña del Pirineo Axial.

Estamos, por tanto, ante la primera constatación científica de este tipo de explotación pecuaria en toda Europa en un momento muy temprano que el carbono 14 nos ha cifrado en unos 7.300 años aproximadamente.

Nos encontramos en lo que conocemos como los primeros momentos de la introducción de la economía de rendimientos diferidos (agricultura y ganadería) en la Península Ibérica. El hecho de que se haya confirmado este tipo de práctica pastoril tan específica y especializada en una fecha tan temprana (escasos 300 años desde la constancia más antigua de domesticación ganadera en la Península), permite aventurar que el Neolítico o los grupos neolíticos que aquí llegan, tras un largo periplo que comenzó en torno a 9000 años en el Próximo Oriente, lo hacen con un gran desarrollo tecnológico y un bagaje cultural y humano de varios milenios y todo un continente recorrido. Por ello, la práctica de los movimientos estacionales y en altitud descubiertos en Trocs, formaría parte de ese acervo cultural inmaterial conocido en época histórica como trashumancia, que el tiempo va arrinconando inexorablemente y cuyo futuro en nuestro país es hoy más que incierto.

Ubicación de la cueva de Els Trocs a los pies del Pirineo Axial. Al fondo pico Gallinero y, entre la niebla, macizo del Poset. A la derecha entrada y acceso a la cueva con la vagoneta de minero para la retirada del sedimento y rocas.
Ubicación de la cueva de Els Trocs a los pies del Pirineo Axial. Al fondo pico Gallinero y, entre la niebla, macizo del Poset. A la derecha entrada y acceso a la cueva con la vagoneta de minero para la retirada del sedimento y rocas.
Laboratorio de Arqueobiología del Instituto de Historia el CSIC (Madrid) donde se analizan las muestras de ovinos del presente estudio.
Laboratorio de Arqueobiología del Instituto de Historia el CSIC (Madrid) donde se analizan las muestras de ovinos del presente estudio.
Detalle del proceso de excavación en la cueva. Lecho original del fondo de la misma con alta concentración de restos humanos, animales y cerámica.
Detalle del proceso de excavación en la cueva. Lecho original del fondo de la misma con alta concentración de restos humanos, animales y cerámica.
Mandíbula de oveja de Els Trocs y corte del segundo molar para análisis de los isótopos de carbono y oxígeno presentes en la bioapatita del esmalte.
Mandíbula de oveja de Els Trocs y corte del segundo molar para análisis de los isótopos de carbono y oxígeno presentes en la bioapatita del esmalte.