Una investigación sobre el explosivo ”madre de Satán” podría ser utilizada para su detección en atentados terroristas
Investigadores de la Universidad de Valladolid, liderados por Juan Carlos López, del Grupo de Investigación de Espectroscopia de Rotación (GIER-UVa) han conseguido la caracterización e interpretación del triperóxido de acetona, un conocido explosivo denominado “madre de satán” muy utilizado como explosivo improvisado en atentados terroristas y que son muy difíciles de detectar. Este trabajo publicado en la revista “Chemistry: a European Journal (Chemistry europe, European Chemical Societies Publishing)” abre una puerta para poder desarrollar métodos de detección para hacer frente a atentados terroristas, ya que el triperóxido de triacetona (TATP) forma parte de un grupo de explosivos a base de peróxidos de acetona que se emplean en los artefactos improvisados utilizados por grupos terroristas.
“Su facilidad para elaborarlos y la dificultad de detección ha hecho que este compuesto sea una de las opciones preferidas para elaborar artefactos explosivos improvisados utilizados por terroristas. Sus características químicas hacen que sea prácticamente indetectable, por lo que ha dado lugar a una intensa actividad investigadora por la necesidad de obtener métodos rápidos y muy selectivos tanto para su detección previa como para la identificación forense que incluyen técnicas de espectrometría de masas o métodos espectroscópicos y los desarrollos de nuevos tipos de sensores”, explica Juan Carlos López.
Su primer uso en atentados se inició con Hamás, y las fuerzas de seguridad israelíes lo bautizaron en su día como “la madre de Satán” por los efectos devastadores que produce. Este explosivo se utilizó por ejemplo en los atentados de Casablanca (2003), Londres (2005) o Indonesia (2018). También está relacionado con un atentado fallido en Sevilla y la explosión de la casa de Alcanar conectada con los atentados de Barcelona.
Propiedades
Una propiedad interesante del TATP es su volatilidad relativamente alta en comparación con otros explosivos, lo que lo hace adecuado para la detección de su vapor mediante métodos espectroscópicos capaces de estudiar muestras en fase gaseosa.
La espectroscopía de rotación es un ejemplo ya que registra la respuesta molecular ante la excitación de la muestra bajo estudio con radiación de microondas. Si bien la aplicación de esta técnica se había limitado principalmente a muestras moleculares estables de tamaño pequeño y con presiones de vapor apreciables, el desarrollo de las tres últimas décadas de la espectroscopia de microondas por transformada de Fourier (FTMW) en combinación con técnicas de expansión de chorros supersónicos ha contribuido a superar muchos de estos inconvenientes reforzando su alta resolución y sensibilidad. Permite estudiar agregados moleculares, especies moleculares inestables preparadas in situ, entre una variedad de compuestos cada vez más amplia. Así, en la actualidad, las espectroscopias FTMW pueden considerarse las sondas estructurales en fase gaseosa más definitivas, con una extraordinaria sensibilidad para identificar sustancias que solo se diferencian en pequeños cambios en la estructura, una característica clave que hace que estas técnicas sean herramientas poderosas en los casos en que otras técnicas pueden tener dificultades.
En el trabajo publicado, el grupo de la UVa, combina la utilización de chorros supersónicos con la excitación de la muestra mediante pulsos de microondas. La respuesta molecular es el espectro de rotación y contiene los datos necesarios para demostrar la presencia del compuesto. Las muestras utilizadas en la investigación fueron preparadas por el grupo de investigación del profesor Torroba en Burgos. La sensibilidad de la técnica es tal que ha sido posible observar las especies isotópicas con 13C en abundancia natural (1 % frente al isotopo más abundante 12C) lo que demuestra que con cantidades casi a nivel d trazas puede ser detectado. El trabajo ha permitido además determinar la estructura de este sistema y sus aductos con agua.
Equipo investigador
El equipo de investigación del Grupo de Investigación de Espectroscopia de Rotación (GIER-UVa), autor de este trabajo, pertenece al Departamento de Química Física y Química Inorgánica y está formado por el catedrático Juan Carlos López Alonso, la profesora titular Susana Blanco Rodríguez y el investigador Alberto Macario Farto. Este equipo ha trabajado en esta investigación con el grupo del profesor Torroba de la Universidad de Burgos.
El equipo tiene una amplia experiencia en el campo de espectroscopia molecular. Tanto el profesor López como la profesora Blanco iniciaron su carrera de investigación en el campo de la espectroscopia molecular a principios de los años 80 y 90, respectivamente, en la Universidad de Valladolid y en diversos laboratorios europeos trabajando y desarrollando diferentes técnicas experimentales.